Despierto, tumbado aún
Aferrándome al sueño
Cerrando los ojos
En la cama, y,
Entre la luz de la mañana
He murmurado un trozo
De los versos
De otro día:
Ojalá el tiempo
Se pudiese condensar
Produciendo gotas
De segundos plegados –
Y así, olvidar,
Olvidar tan sólo.
Porque los recuerdos
De esa vida otra
De esa que no podía ser
Y que en el fondo,
Tras las peleas, las discusiones
Y algunos malos momentos,
Tenía abrazos, besos
Y sonrisas suficientes
Para llenar una vida otra.
¡Tantos!
Que apenas ahora
Me los quito de encima.
Llegan envueltos,
En la mañana,
En el tiempo,
Siguiéndome huella a huella
En cada fracción de vida
Atrapándome,
Como en un parpadeo –
Ellos no fueron pedidos,
Se dieron,
Como se da cuado se tiene
Y se debe regalar
Y vuelven
Como cabellos enredados
Ya no en mi ropa,
Mi jersey, mi bufanda
O mis manos,
Sino en cada latir de corazón
En el tiempo,
Que se proyecta al futuro,
Pesado por la ausencia llena,
Por ver, cada mañana,
Sonrisas que no existen
Y besos que no serán ya más.
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