Blanco luce a la luz del día
No esperabas la llegada
De la memoria
Triunfando entre los sacos
De cemento, de arena
Desperdigados
Como si nunca jamás
Hubiesen de ser utilizados.
No creíste en la vuelta, apenas los giros
Eran fragmentos de la memoria
Que no debían ocurrir.
Te dejabas Llevar
A través de las sensaciones tan placenteras
Que proporciona huir con todas las fuerzas.
Sí, apostarlo todo en cada instante
Solo
Porque no se desea llevar nada
De un instante a otro.
Pero tu carrera tiene un fin
Cuando pierdes el aliento
Cuando pierdes el sentido
Y las noches se vuelven tan opresivas
Como el día, como si cualquier hoja
Mecida por el viento
Llegase hasta tu piel
Y pudiese hacerte llorar
Para después apartarla de un manotazo.
Has echado tierra sobre tierra
Y, cansado, sudoroso,
Pisas una y otra vez, como si jamás
Hubieses de volver a ver aquello
Que enterraste.
Te miras al espejo de la mañana
Y no entiendes la tristeza
Que emana de tus ojos
Porqué, te preguntas, estoy triste
Si corro más que nunca,
Si vuelo, si atravieso
Las viejas capas del tiempo
Como jamás soñé hacerlo
Pero, tienes la tierra en tus bolsillos
Y los recuerdos
Pesan como piedras,
Como lamentos secos
Que jamás hubiesen de ser llorados.